Este fin de semana hemos estado en el pueblo, y mientras paseabamos por allí buscando setas y moras vimos algo entre la maleza que nos saludaba. Al ver que llevábamos la cesta llena de moras bajó corriendo a nuestro lado.
Al acercarse a nosotros vimos que era una especie de duende con el pelo de revuelto, una bufanda y un pequeño zurrón de cuero!
Quería llevarse todas las moras, pero no le dejamos, le dimos sólo una, que con su tamaño tenia bastante!
El duendecillo no hablaba mucho, pero se metió en la cesta y no quería salir, parecía que quería venirse con nosotros.
Por la noche se quedó con nosotros en la casa, al lado del fuego cenando boniato, y le hicimos una pequeña cama en el cesto del pan con una servilleta. Los perros lo olian, pero no le hacían nada. Él los acariciaba con su pequeña mano de fieltro.
Ayer cuando recogíamos para volvernos a la ciudad puso cara triste, y nos dijo:
-¿Puedo ir con vosotros? Aquí estoy solo.
Y nos dio tanta pena un duendecillo tan pequeño, ahora que iba a empezar a hacer frío en el pueblo, que le dijimos que si. que se viniera a la ciudad.
Aún no sabemos cómo se llama, pero seguro que pronto nos lo dirá.
Que gracioso es! No le falta detalle :)
ResponderEliminarAl igual que la historia, muy divertida!
besitos.
Jaja, qué auténtico! Muy buena la presentación! Me gusta mucho!
ResponderEliminarUn saludo!
Que simpatico!!! Me encanta, cuantos detalles!!! Es genial! No me importaría encontrarmelo por el campo.
ResponderEliminarque monada!!! :)
ResponderEliminarMe encanta! he comprado varios broches vuestros y me encanta lo que haceis :)
Un beso!
www.cosasquemealegraneldia.blogspot.com
Silvia